Chavalitroooos, como dijo un gran jugador de basket en algun lugar del poli y de cuyo color no quiero acordarme: Las dos primeras latas caen porque tengo sed, las demás son puro vicio.
Pues la tarde empezaba en el pabellón con el equipo concentrado en el calentamiento y sin bajas aparentes. Al contrario que La Curva, que se presentaba en el pabellón con una par de bajas sensibles, pues ni Santos 666 ni el vasco-venezolano podían acudir al evento.
El partido discurrió con el equipo muy concentrado y concienciado en barrer al lider de la cancha. Mientras, en la grada, tras el clásico sonido de las latas vacías amontonándose en las papeleras, comenzó a escucharse un ruido atronador. Si,.... la Estrella de la Muerte había vuelto, que mierda de ruido pensarían los del equipo rival, mientras en las cabezas de los jugadores y aficionados locales sonaba como una suave melodía de Vivaldi.
Así, con birra a raudales y los bombos a todo gas, pensabamos que el partido acabaría sin más........... pero noooo. A falta de 8 minutos para el final se fue la luz del pabellón. Ese fue un momento cumbre. Un grandísimo TXEROKI salió desde las profundidades de no se sabe donde, acompañado por las luces de los mecheros de la rastra para hacer temblar el parquet.
Tras la vuelta de la luz, parcial de 7-0 y partido para casa, birra de hermandad en el bar de Vicente, y , solo para los mas mareaos, monólogo brutal de Ravioli (el ya va de las leidys) que se extendió hasta las 22:30 deleitando a los allí presentes.
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